El duelo y sus algoritmos


Fotografía: Carlos Curreri



¿Qué es el sufrimiento?, ¿lo has sentido?, cuando las emociones se vuelven inertes, y el dolor le roba todo significado a la vida… El sufrimiento es individual, vive en nosotros como cual herida latente produciendo dolor.

Significa una lucha interna, en un campo de batalla invisible en el cual solo las fuerzas capaces de vencerlos son: el amor, el perdón, la compasión, la fé y esperanza. Esta guerra te permite crecer a nivel personal y espiritual.

La primera etapa es de shock, cuando tu mente se siente aturdida e intenta asimilar lo ocurrido, para dar espacio a que salga a la superficie emociones que habían sido sepultadas… Lágrimas, llantos, CATARSIS; esta es la segunda etapa, donde afloran los sentimientos, donde muestras síntomas del dolor.

Luego te preguntas ¿Ahora qué? En ese momento te das cuenta que debes actuar, y puedes elegir entre dos caminos: la sanación o la venganza. Si eliges la sanación, podrás aliviar y curar el sentimiento, si eliges la venganza solo lo vuelves perpetuo.

La venganza es un veneno que se come la pureza de un alma y la corrompe; puede convertir el ser mas puro y noble en un objeto de su propia autodestrucción. El perdón es sinónimo de sabiduría lo que demuestra la grandeza de un ser es la voluntad de perdonar.

Como mecanismo de protección construimos muros, fortalezas para ocultar esos sentimientos y los reprimimos; la sanación consiste en derribar esos muros y purificar esos sentimientos; es cambiar la oscuridad de tu alma por luz.

Tienes todo el derecho de ser feliz, no permitas que esa felicidad sea nublada. Como dice la canción de Reik 
“No dejes que nada le robe el color a tu vida”. 

Gracias a Jose Perillo por su colaboración para este post, y a mi amigo Carlos Liborio por prestarme su foto.

jueves, 5 de septiembre de 2013

El duelo y sus algoritmos


Fotografía: Carlos Curreri



¿Qué es el sufrimiento?, ¿lo has sentido?, cuando las emociones se vuelven inertes, y el dolor le roba todo significado a la vida… El sufrimiento es individual, vive en nosotros como cual herida latente produciendo dolor.

Significa una lucha interna, en un campo de batalla invisible en el cual solo las fuerzas capaces de vencerlos son: el amor, el perdón, la compasión, la fé y esperanza. Esta guerra te permite crecer a nivel personal y espiritual.

La primera etapa es de shock, cuando tu mente se siente aturdida e intenta asimilar lo ocurrido, para dar espacio a que salga a la superficie emociones que habían sido sepultadas… Lágrimas, llantos, CATARSIS; esta es la segunda etapa, donde afloran los sentimientos, donde muestras síntomas del dolor.

Luego te preguntas ¿Ahora qué? En ese momento te das cuenta que debes actuar, y puedes elegir entre dos caminos: la sanación o la venganza. Si eliges la sanación, podrás aliviar y curar el sentimiento, si eliges la venganza solo lo vuelves perpetuo.

La venganza es un veneno que se come la pureza de un alma y la corrompe; puede convertir el ser mas puro y noble en un objeto de su propia autodestrucción. El perdón es sinónimo de sabiduría lo que demuestra la grandeza de un ser es la voluntad de perdonar.

Como mecanismo de protección construimos muros, fortalezas para ocultar esos sentimientos y los reprimimos; la sanación consiste en derribar esos muros y purificar esos sentimientos; es cambiar la oscuridad de tu alma por luz.

Tienes todo el derecho de ser feliz, no permitas que esa felicidad sea nublada. Como dice la canción de Reik 
“No dejes que nada le robe el color a tu vida”. 

Gracias a Jose Perillo por su colaboración para este post, y a mi amigo Carlos Liborio por prestarme su foto.